Chinchilla de Montearagón, a escasos 13 km de la capital, es uno de los pueblos más antiguos de la provincia de Albacete, una joya medieval que se conserva prácticamente intacta. Encaramada en un promontorio, conserva una serie de edificios que son testimonio de su antiguo e importante pasado. Muestra como punto de referencia visual el castillo y la fortaleza, dominando el paisaje desde el cerro de San Blas. El castillo, en una estratégica posición sobre el llano, fue base ibera, romana e incluso árabe en origen, pero el que se yergue sobre el cerro es del siglo XV y se mantiene, tras numerosas reformas, en un excelente estado. Sus murallas adaptadas al paisaje varían su altura y abren ojos al interior del pueblo mediante distintas puertas. De especial interés son las casas-cueva al pie de la muralla, enmarcadas por chimeneas blancas.