Molina de Aragón, situada al nordeste de la provincia, es una ciudad con una gran riqueza monumental. El paseo por sus calles nos imbuye de cruce de culturas y tiempos. Tan pronto nos introduce en el barrio judío de gran belleza medieval, como nos lleva a la morería al otro lado del río. Sobre el río cruza el puente Románico, otro símbolo de la villa, realizado en arenisca roja y formado por tres arcos.

En la vista general, sobre la colina, la muralla que rodea el burgo y se funde con el castillo lo dominan todo. Al fondo, la Torre de Aragón vigila desde el cerro.

En el castillo de Molina hay que distinguir la fortaleza rodeada de muralla y la citada torre. El acceso lo realizaremos por la Puerta del Reloj, que es parte de la muralla que rodea el recinto, con sus torres de vigilancia, dejando un gran espacio en su interior, casi suficiente para albergar una ciudad medieval. La fortaleza es del siglo XII. Es el castillo más grande de los que quedan actualmente en Guadalajara. Llegó a tener ocho torres, de las que se conservan restos de dos y otras cuatro en buen estado. Estas torres están comunicadas por un adarve almenado. La Torre de Aragón fue construida sobre el castillo árabe, y éste sobre un castro celtíbero anterior.